Episodio 24: Pingu y la pintura

La madre y el padre salen, dejando a Pingu sentado a la mesa con su pintura, que necesita ser terminada. Pingu toma un poco de agua y termina la pintura con un poco de pintura azul y luego naranja. Mientras admira la pintura terminada, una gota de pintura naranja cae del pincel sobre la mesa. Intenta quitárselo, pero solo logra hacer un lío más grande, y ponerlo en su silla también. ¡Entonces tiene una idea! Obtiene una olla de pintura naranja y un pincel del cobertizo, y pinta la mesa y todo lo que hay en ella, y la silla, naranja. Ve un poco de lo que se ha perdido, y mientras pinta esto, aparece una mancha de pintura naranja en la pared. Su solución a esto es hacerlo un poco más grande y redondo, y luego encuadrarlo. Mientras está enderezando el marco, obtiene un poco más de pintura en la pared, y luego pisa un poco de pintura que ha dejado caer al suelo y deja huellas detrás mientras se aleja. Cuando se retira del iglú, tropieza y aterriza en su trineo, que se desliza hacia un trozo de hielo. El impacto quita la olla de pintura y el pincel de las manos de Pingu, que vuelan en el aire y dejan pintura naranja en un par de iglúes y una escultura de hielo cuando aterrizan. La solución de Pingu a esto es agregar aún más pintura a la mayoría de los iglúes en el pueblo, y la escultura, en una variedad de patrones y colores. Los aldeanos ven los resultados de esto y se reúnen para discutir lo que ha sucedido, y se preguntan quién es el responsable. Luego, un aldeano (es decir, el cartero) vio una huella de huellas y los siguió hasta el barril en el que se esconde Pingu. Para aclararlo, Pingu comienza a lanzar bolas de nieve a la pintura, y Pingg y Pingo lo ayudan rápidamente, lo que Punki intenta evadir. Los otros aldeanos se unen en sí mismos. Entonces comienza a nevar fuertemente, y la nueva nieve pronto termina el trabajo de deshacerse de toda la pintura.

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