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Tom Holland cuenta por qué fue una tortura ir al gimnasio con Jake Gyllenhaal

Tom Holland acaba de contar una anécdota que precisamente no le deja en un buen lugar.

El actor ha explicado cómo en plena promoción de Spider-Man: lejos de casa fue al gimnasio con Jake Gyllenhaal y acabó siendo una tortura.

Estábamos en China y Jake me preguntó si quería ir al gimnasio con él. Tengo que ser honesto. Yo no quería ir porque Jake está rocoso. ¿vale? Además soy muy competitivo, pero no soy Jake Gyllenhaal.

Así que allí estábamos. Empezamos a entrenar. Ejercicios de abdominales, ejercicios de pierna... y de repente Jake me dice: —Tom, vamos a subir a la cinta a calentar un poco— y yo pensaba: —¿Calentar? Estoy cocido como un pollo. !Estoy acabado!...—

Pero me subí igualmente. —Vamos a hacer una milla rápida— dijo, y yo le respondí: —¿Una milla? ¿Tenemos prisa?— Inmediatamente me arrepentí de haber sugerido dos millas. Comenzamos a correr y ya sabes esa ley de los gimnasios de que no puedes correr más lento que el tipo que está junto a ti, así que comencé a correr a su ritmo. Dos minutos más tarde me empezó a dar un flato y solo quería que aquello terminara, pero no estaba dispuesto a bajarme. —Voy a ganar a Jake Gyllenhaal en esta maldita carrera— me decía...

Entonces, cuatro minutos después, Jake me dice: —Esto es demasiado fácil. Vamos a subir la inclinación un poco. —¡Sí, claro! ¡Justo estaba pensando eso mismo!...

Unos cinco kilómetros después, Jake vuelve a la carga: —Demasiado fácil. Vamos a subir a tres, y yo —¡Oh sí! Claro Jake. Por supuesto.— En el último kilómetro me propuso subir a 3,5 y yo le dije que por qué no cuatro. Esa tarde teníamos rueda de prensa y yo no podía caminar.

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