Marta es una psíquica reconocida en su país y respetada por todo el mundo. Estas personas tienen el don de la percepción, de forma que pueden percibir presencias que el resto de personas no notamos, como la de las personas que han muerto, por ejemplo. Ser psíquica no es fácil, ya que estas personas se tienen que enfrentar a situaciones muy duras. Marta se enfrenta a una experiencia que la deja traumatizada y por eso pierde su don para siempre, o al menos lo parece. A Marta le agobia mucho perder ese don, puesto que es algo que ha estado con ella durante toda su vida. Por si fuera poco, va a conocer a Mario, un hombre que la va a meter en muchos problemas. Mario es un hombre perturbado, que le va a hacer sufrir mucho y al mismo tiempo le creará un estado de nerviosismo y ansiedad, que tendrá que tratar de solucionar, pero sobre todo controlar.

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